Fue difícil asociar el tema del año al objeto mismo de nuestro cartel: la psicoanálisis en la ciudad. ¿Cómo podríanse abrazar el sexual y la psicoanálisis? Parece que hayamos sido superados por retos inconscientes. Regularmente, se oye: ¿“Por donde empezar? ”, cuestionando implícitamente nuestra angustia y nuestro deseo. Ahora bien, soltar parte de su deseo siempre se acompaña en el destino del sujeto de alguna traición, como lo comenta Lacan. “O el sujeto traiciona su vía, se traiciona él mismo; lo que le toca en sí mismo. O, más simplemente, tolera que alguien con quien más o menos se dedicó a algo, haya traicionado su espera, no haya hecho para con el, lo que implicaba el pacto – pacto cualquiera que sea, fasto o dañino, precario”. ¿Y si se tratara de cierta ética psicoanalítica del cartel en la asociación?
¿Qué significa “escuchar”? ¿Escuchar a un paciente, pensamos saberlo, pero escuchar el campo social? ¿Escuchar lo que habla, o lo que nos habla, sin que se nos sea directamente dirigido? ¿Ya que, a pesar de todo, si se oye algo en el social, no sera por lo menos sentirse afectado como ciudadano, y además, como analista? ¿Si me atreviera: podría nuestro cartel supervisar una posible escucha de nuestra escucha? ¿De donde se escucha? ¿Si no hay relación sexual, el sexual no está sin tener relación con la ciudad? Enorme desafío.
Recuerdo el tiempo que me hizo falta para entender la reorganización de las fronteras de Francia a lo largo de su historia, jalonada por los pactos y alianzas entre distintos reinos. Las historias lubricas de nuestros reyes y reinas me dieron, lo admito, el deseo de escuchar en clase de Historia. ¿Entonces? ¿Los matrimonios de conveniencia política como coartada al sexual? ¿Será realmente otra cosa de la adopción de las 13 nuevas regiones metropolitanas, o se trata también de eruditos cálculos de nuestras élites relativas al poder de aquel o aquel, o del disfrute de poseer un territorio? ¿Qué comentar sobre el matrimonio de conveniencia entre las dichas ciencias de la comunicación, ciencias políticas y ciencias de la Educación enfeudadas a las ciencias cognoscitivas? Estas mismas ciencias cognoscitivas que elevarían el sexo como variable y reducirían el sujeto a su cerebro. Allouch escribe: “Toda ciencia produce conocimiento, y esto es una condición necesaria aunque insuficiente, en particular, porque descarta ciertas problemáticas como no pertinente relativamente a su campo”.
Hubo gente para señalar el alejamiento de una administración, cuestionar el fundamento histórico de estas reorganizaciones regionales. Palabras seguidas por mas palabras en la corriente del diario. ¿“Por donde empezar? ” para mi, más bien destacaba la dificultad de concentrar mi atención sobre un hecho particular, habida cuenta del frenesí de elementos significantes que se percutían en mi cabeza y me mareaban. No podía pensar más. Debí desconectar un tiempo y aceptar la soledad.
¿Cuándo se lanza el niño en la palabra? ¿Cómo piensa el niño? ¿Pueden la agitación y el ocupacional representado por los objetos numéricos y, en particular, la obscenidad del ludismo a la escuela, reducir la capacidad de pensar? ¿Entonces, el cocooning, me dirán? Anglicismo que consiste en permanecer en casa en confortable comodidad. Se llama cocooning, encapsulamiento, acurrucamiento, la actitud consistiendo en encontrarse tan bien en casa que uno apenas querrá salir, excepto para las necesidades vitales. La idea es bastante parecida de lo que se nombra en español más clásico, un comportamiento hogareño. El cocooning, en el social, nos envuelve en la suavidad de la rutina, del calor esclerosante, o de un medio ambiente empalagoso, algo parecido al éxtasis místico. Una especie de Ideal fusionista y enajenador, que tiende a tapar el hoyo del real, y reducir a un parecido el sujeto, a esta formación psíquica que pertenece al registro imaginario llamado Yo ideal. Una tentativa para mantener el niño en la identificación primaria del deseo del Otro.
¿Y si se tratara de otro nombre para el incesto que gangrenaría al máximo nivel del Estado los informes, vectorizando inconscientemente la mirada fijada hacia la Pequeña Infancia? ¿No sería entonces más conveniente asociar el cocooning a una forma de enajenación susceptible de mantener un sujeto a una fase de infantilismo – a pesar de que el niño sea perfectamente capaz – más propicia a la manipulación perversa ?
El cocooning sería el nombre dado a una atención desproporcionada y/o una intención deliberada de los padres para sus niños o de instituciones para sus nacionales. ¿Podría ser una nueva forma de control y dependencia? Parece que, en nuestros tiempos modernos, no sea especialmente una atención maternal demasiado grande la que se destaca, ya que esta disposición no parece tener distinción entre el padre y la madre. Tampoco parece estar relacionada con el sexo del niño. De manera mas rápida, se puede decir que, bajo el mismo techo, suelen vivir madre y padre sobre protector, e incluso, se puede decir que se encuentran los significados en el social. ¿No inventó La OCDE, organismo internacional, el índice de felicidad mundial? ¿Cierta ética del goce, como dice Lacan, con la innovación en lugar de Dios todopoderoso?

Esta trama de la felicidad mundializada, con sus 40 indicadores, pone en competición 60 países que representan 80% de la población mundial. Un mundo en donde se vive en paz y en seguridad, en donde se vive en libertad y democracia, y donde los derechos humanos se respetan, que conoce una calidad de vida importante, donde la investigación, la formación, la información, la comunicación y la cultura son compartidas por todos. ¿Al igual que Google y las dichas ciencias de la información, que transforman un sujeto en un algoritmo, no será esta representación de la felicidad formateada un formidable engaño?
¿No se basaría el cocooning en el muy controvertido principio de precaución? ¿Qué alcance podrían lograr estas consideraciones? ¿Nos permitirían oír la necesidad de las simbolizaciones que se manifiestan en la vertiente histérica o la vertiente obsesiva? Domenica Ratia-Armangol, psicoanalista, nos alerto, en el congreso de 2015 de “Psicoanálisis y Educación”, de la deriva progresiva de la prevención avisadora a la prevención profética, justificando la búsqueda de divergencias interpretadas como desviaciones.
El cocooning, podría ser la mirada delirante, la demanda urgente, de los adultos hacia la Pequeña Infancia, relacionada más bien a la imposición de sus deseos inconscientes.
El cocooning seria el rechazo de la castración como acto simbolígeno; mantener a un niño cerca de sí por su bien, en los brazos cuando lactante, no soportar mas que pueda llorar. Sería sufrir la angustia cada vez que el niño sale de nuestro campo visual, de nuestro espacio considerado como última frontera contra el otro, sospechoso, extranjero,…

Soledad a menudo anda de par con aislamiento, separación… pero el psicoanalista Donald Winnicott la ha situado al lado de las capacidades del individuo a quedarse solo y opina que “esta actitud es el signo más importantes de la madurez de desarrollo emocional del niño”. En la literatura psicoanalítica, se escribió poco sobre la aptitud a estar solo. Su fundamento es paradójico, ya que “se trata de la experiencia de estar solo en presencia de la madre o de su sustituto”.
También escribe: una vida interior resulta posible, y más tarde, el individuo será capaz de renunciar a la presencia efectiva de una madre o de su sustituto. Cuándo el niño ya no sabrá jugar solito en su habitación, cuándo no sepa hacer mas que jugar con su ipad al colegio, cuándo todas sus actividades serán dirigidas por artificios que evitan el juego o el dibujo libre, ¿será libre aún de pensar, soñar, imaginar, sin ser dirigido?
Claude Breuillot
Congrès de París 2015
Lacan, J. Séminaire, livre VII : L’éthique de la psychanalyse.- Seuil, 1986.
Allouch, J. « Jacques Lacan démantelant sa propre clinique. », in Recherches en psychanalyse 2010/2 (n° 10), page 312
Cocooning : définition Wikipédia
Lire à ce sujet : Claude Schauder «Image inconsciente du corps, castrations symboligènes et perversions dans l’œuvre de Françoise Dolto », in Le Coq-héron 2002/1 (no 168) Eres
Indice du bonheur mondial : http://www.oecd.org/fr/sites/stdwf06/38324167.pdf
Lacan, J. « De l’anal à l’idéal. », in « L’angoisse », Séminaire X, 19.06.1963, Seuil, 2004, page 356
http://www.agevillage.com/actualite-11619-1-paro-la-peluche-experimentee-en-maison-de-retraite-pour-les-malades-d-alzheimer.html
Winnicott, D. « La capacité d’être seul. » (1958) in « De la pédiatrie à la psychanalyse. », Sciences de l’homme, payot, 1969, page 325